Entre las diversas tipologías textuales, el texto instructivo tiene una serie de características particulares que ya analizaremos pero quizás la más remarcable sea su funcionalidad; el texto instructivo surge para instruir al receptor, para enseñar, dirigir, aconsejar, a veces ordenar, la ejecución de determinadas acciones. Su presencia cotidiana es constante y los podemos encontrar en una guía de viajes, en un manual para activar nuestro teléfono móvil o en una receta de cocina; nuestra vida cotidiana está jalonada de instrucciones -normas de funcionamiento de un centro educativo, instrucciones para montar un mueble, indicaciones sobre cómo ponernos un chaleco salvavidas en un avión- y es precisamente esta cotidianidad lo que se va a convertir en la base del ejercicio humorístico de Cortázar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario